Paul Kersey (Bruce Willis) vive una vida casi perfecta con su esposa Lucy (Elisabeth Shue) y su hija Jordan (Camila Morrone), hasta que un día, las tiene que dejar en casa para salir a una emergencia de trabajo, sin saber lo que estaría a punto de suceder.
Luego de un grupo de criminales ingresara a su domicilio a robar con su familia dentro, un accidente se desata, lo que lleva a Paul en una travesía para buscar la venganza.
Un claro ejemplo de nunca juzgues un libro por su portada. Duro de Matar sorpresivamente terminó siendo una película bastante entretenida, con una trama no muy forzada, y bastante bien elaborada para mantener a su público interesado sin cansarlo.
Si les gustan las películas de acción esta es definitivamente una opción que no les recomendamos perderse, la adaptación de Eli Roth a la película de los 70s es bastante digna de invertirle los 107 minutos que dura.