Leonardo (Eugenio Derbez) es hijo de un multi-millonario y aún estando ya en su vida adulto, no ha tenido que trabajar ni un día de su vida, así que ahora se pasa sus días en su yate con supermodelos divirtiéndose sin preocupación alguna, pero un accidente que lo lleva a perder la memoria sacude su vida de manera radical, pues termina creyendo que está casado y tiene hijas, y sobre todo… ¡que es pobre!
Ahora Leonardo tiene que aprender a vivir la vida desde una perspectiva completamente diferente a la que estuvo acostumbrado.
La película protagonizada por Derbez logra una vez más (como ya se está volviendo costumbre) romper las barreras de prejuicio y sorprende por completo a sus audiencias como una película bastante completa.
No sólo el guión es muy bueno, sino que la adaptación a la pantalla grande del director Rob Greenberg es bastante adecuada. La película que está cargada de comedia, sí te hace reír bastante, pero además logra profundizar en temas sentimentales al grado de hacer que algunos de sus espectadores derramen un par de lágrimas, la película que aunque no logra por completo salir de un cliché, nos muestra uno muy bien ejecutado.