Simon (Nick Robinson) es un chico cualquiera, con una familia bastante normal y 3 mejores amigos bastante normales, pero tiene un gran secreto… nadie sabe que es gay.
Y esto realmente no cobra tanta importancia sino hasta que un día, en un blog que tienen en su escuela donde publican chismes y rumores, un estudiante publica que es gay (anónimamente) y deja un correo.
Entre si decide si es buena idea o no, Simon termina escribiéndole (anónimamente también) y confesándole que también es gay, y es ahí donde las cosas comienzan a complicarse para él.
Para los que no lo sepan, esta película está basada en una novela de Becky Albertalli y no es bastante común 1) que una película termine siendo una adaptación buena de la novela o 2) que la película termine siendo una mejor adaptación que la novela, por lo general escuchamos el típico: «el libro estaba mejor«.
Y debemos decir, el libro de Becky si nos gustó… ¡bastante!, así que aquí se merece un gran aplauso el director Greg Berlanti, porque la interpretación que llevo a la pantalla grande no pudo ser más acertada, el director no sólo tuvo el atrevimiento de cambiar bastantes cosas de la novela (BASTANTES), sino que además lo hizo bien (yay, Greg!), la película es como una versión alterna al libro, y eso es bastante refrescante, le da un giro distinto a la historia, y la vuelve mucho más adecuada para tratarse de una película, definitivamente jugó con las variantes a su favor y no pudimos salir más encantados con el resultado final.
Quizá está de más decirlo pero esta es una película que recomendamos ampliamente, a todos, vayan a verla ya.