Basada en una historia de la vida real, Jeff Bauman (Jake Gyllenhaal) se convierte en una trágica víctima de un ataque terrorista durante el maratón de Boston, lo que lo lleva a despertar en el hospital sin piernas.
A partir de ese momento Jeff debe superar no sólo este gran conflicto en el que debe aprender a caminar de nuevo con prótesis, sino que además debe sacar adelante su relación con su ex-novia (Tatiana Maslany), y su madre (Miranda Richardson) quien irónicamente es una alcohólica.
Entre conflictos personales, complejos de héroes casi asignados obligatoriamente, y una trama muy pobremente desarrollada donde reinan los silencios prolongados e innecesarios, la película que si bien podría tener un potencial enorme (pues no sólo es una historia interesante y motivadora, sino que además cuenta con muy buenos actores), lo desaprovecha olímpicamente, convirtiéndose en una de las más planas y aburridas en todos los aspectos de ejecución posibles.
Mientras veíamos como se retiraban algunas personas de la sala a media película, decidimos quedarnos para darle el beneficio del final, pero el final es tan plano como el resto.
Si realmente quieren ver una película en el cine y ya vieron todas las demás, entonces Stronger es para ustedes.